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martes, 6 de enero de 2015

La Pasión y el Proceso a Jesús

Título: The Passion of the Christ
Año: 2004
Director: Mel Gibson
Dadas las fechas en las que estamos, sumada la vocación jurídica de uno, no puedo perder la oportunidad de unir temas tan apasionantes como el cine, el  juicio a Jesús de Nazaret y la visión histórica-jurídica de ese proceso. En la película de Mel Gibson, "The Passion of the Christ" (la Pasión) vemos los últimos días de Jesús en esta tierra antes de ser juzgado y crucificado en Judea. En verdad, mi mayor objetivo en esta entrada no es hablar tanto de la visión cinematográfica, que es esplendida, si no de la historicidad y juridicidad del proceso penal aplicado en la detención y juicio de Jesús (procuro decir Jesús o Jesús de Nazaret con el fin de dar una sensación más cercana a la figura de este personaje histórico y no hablar con el lenguaje de las Sagradas escrituras o los Evangelios). Así pues, la cinta empieza mostrándonos la oración de Jesús y su posterior arresto en el jardín de Getsemaní (entrando en el ambito de historicidad, los guardias o los soldados judíos van "correctamente" armados, con porras y navajas (medio-espadas), pero sin armadura militar romana como son los lanzas o las espadas, no tenían tales adjudicaciones. Eran una especia de milicia civil, nada más). 
Una vez arrestado, el galileo es llevado ante el Sanedrín. El Sanedrín era la asamblea judía que tenía los poderes legislativos, judiciales y ejecutivos para el mundo judío de la época. Era el Senado de Jerusalén. Estaba integrado por sacerdotes y laicos, guardianes de la tradición y la Torá y con poder "monárquico" en cuanto a la dirección política de Israel se refiere. Era una asamblea de aristócratas de la corriente "saducea" (grupo étnico-politico poderoso dominante. Los otros, los fariseos, aparentemente tenían menor influencia y no tenían representación en el Sanedrín). Desde el punto de vista de competencia material, éstos resolvían los conflictos entre los judíos y dictaban sentencias siempre y cuando no fueran respecto a candidaes mayores de dinero o pena capital. 
La competencia de dictar la pena capital, en aquellos momentos crucifixión para esclavos, asesinos o extranjeros, la ostentaba el representante del Imperio Romano en la zona que en aquella época era Poncio Pilato. Éste tenía también, además de judicial y ejecutiva, también la competencia militar. Era el guardián de la paz y disponía de ejército y medios para aplacar cualquier rebelión en ese territorio conflictivo. Según los historiadores, ni siquiera sabemos con exactitud si Judea era una provincia o una región autónoma integrada dentro de la Provincia de Siria que pertenecía al Imperio Romano. Poncia Pilato, el prefecto Iudaeae ostentaba el imperium (poder militar) en la Provincia. La máxima expresión del "imperium" del magistrado venía dada por lo que se suele denominar "ius gladii" (derecho de la espada), es el poder de ejecutar sentencias de muerte. Es por eso, como veremos más adelante, que a los sacerdotes acusadores les importa mucho que Jesús sea juzgado también por la autoridad romana. 
Tal y como comenta Ribas Alba en su libro "Proceso a Jesús", el proceso del Sanedrín fue un proceso autónomo, no una fase preliminar del proceso romano. Es decir, a Jesús, primeramente, en la asamblea judía se le acusa de Blasfemia: delito teológico en este caso. Es por los dichos de Jesús sobre el Templo y su crítica a las tradiciones judaicas de Moisés, la intolerancia, misericordia, etc. Si el objetivo del Sanedrín fuera a juzgarle por la tradición judía como en los casos de los juicios a Pedro y Juan, en última instancia, la sentencia más dura no sobrepasaría de la flagelación. Pero, dado que lo que les preocupaba a estos representantes políticos y religiosos era la degradación de la figura del auto-proclamado Mesías, se le pregunta si es o no el Hijo de Dios. Consiguiendo la respuesta que buscaban, el Sumo Sacerdote rompe sus vestiduras teatralmente ante "su" público y clama "Blasfemia, blasfemia". Todo tiene su por qué. Siendo Jesús, culpable de auto proclamarse Mesías, o verdadero Hijo de Dios, el castigo no puede ser otro que la pena capital, la muerte. Como el Sanedrín no tiene tal competencia, mediante la "confesión" del nazareno lo que se consigue es una prueba veraz para llevarlo ante el Prefecto romano, Poncio Pilato, para que este instruya y juzque el caso según la legislación romana. 
Ahora bien, a primera vista éste era un problema judío, ¿por qué tendría algún interés o presión Pilato para intervenir en este proceso? Es por qué (como vemos también en la magnífica obra de Mel Gibson cuando Jesús es llevado ante el máximo dignatario romano) los miembros del Sanedrín comparecen como partes ante el Prefecto a fin informarle y acusar a Jesús oficialmente en delito de Lesa Majestad. ¿Qué era eso? El delito de lesa majestad, crimen maiestatis tenía dos vertientes: política y religiosa. Nadie podía proclamarse rey ni Hijo de Dios en el Imperio Romano. El verdadero "rey" era el emperador y ningún súbdito podría osar de cuestionar tal magnanimidad y potestas. Y nadie podría llamarse Hijo de...ya que el verdadero hijo de Dios y el que ostentaba la gracia (y la legitimidad) divina era el Emperador, el César romano. Los que violaban estas prohibiciones, se consideraban culpables de crímenes de gravedad y su sentencia no era otra que la muerte. Y claro, ¿quién tenía poder para dictar sentencia de muerte en Judea? Efectivamente, el Prefecto romano.
Pilato, ya visto más de una vez en conflictos de este tipo con el pueblo judío, lo último que quiere son rebeliones en los días festivos. Aquel día es el Shabat judío y la celebración pascual. Lo que hace el mandatario romano es un gesto de diplomacia cuando el remite al acusado a Herodes (Herode Antipas), para que éste, como gobernador galileo le juzgue a su manera. Aprovechando que Herodes está en la ciudad para festejar la Pascua, Jesús es llevado ante él tras la sugerencia de Pilato. Herodes, que estaba hasta ese momento enemistado con Pilato, les recibe y no hallando crimen alguno en ese "chiflado" le vuelve a remitir al prefecto. Pilato, desde el principio, considera desmesuradas las acusaciones y la pena exigida. Por ello, primeramente, tras la elección de Barrábas como liberado, Jesús es condenado a flagelación, como pena óptima por blasfemar y violar la paz pública. No se encuentra culpable de liderar conspiración, violentar masas y lesionar a particulares. Ni es un rebelde o un enemigo del régimen. Por tanto, hay que entender que la flagelación es en primera instancia la única y definitiva pena. Tras la ejecución de la pena, Pilato muestra al Jesús "castigo" a "su" público, pero éstos lejos de contentarse, piden, más bien exigen muerte, crucifixión (en la película, uno de los sacerdotes, grita "Crucifícalo, crucifícalo"). 
En caso contraario, y aquí la jugada maestra y la presión definitiva sobre Pilato, le amenazan a quejarse ante las altas autoridades romanas y decir que el Prefecto "no es amigo de Cesar". La palabra "amigo" en aquel tiempo no tenía solo un significado fraterno sino que era un vocablo político y expresaba el círculo y la distancia en cuanto a la relación del Emperador y sus súbditos se refiere. Expresaba lealtad y fidelidad al César y a la Roma. Por tanto, el que no era "amigo" del César, era un enemigo para él y para la Roma. Es por eso, que Pilato cediendo ante la presión "mediática" de los de allí reunidos, se lava las manos en señal de "cumplo estrictamente con lo que se me ha pedido" sentencia al galileo a la muerte. 
Desde el punto de vista cinematográfico, es muy recomendable la película para adentrarse en el ambiente complejo y peligroso de la sociedad judía y romana en aquel territorio tan disputado. La fotografía, la dirección, la certeza histórica y religiosa de la obra de Mel Gibson es única, aunque breve pero intensa para permitirnos ver "a qué olía" el Israel antiguo del momento. 
Todas estas cuestiones son analizados y debatidos si tenemos clara una condición: la credibilidad de los evangelios. Claro está que los evangelios tienen un valor histórico discutible y en muchos casos se contradicen, pero comparando las narraciones, en concreto, el proceso de Cristo y las normativa vigente en aquella época, vemos que tanto la legalidad judía como la romana es verificada mediante obras de otros historiadores de época. Por tanto, podemos decir, que en este caso, el juicio penal llevado a cabo contra Jesús fue un proceso (mas bien dos: judío y romano) completo y legal desde el punto de vista procedimental. Aún así, es una opinión basada en los escritos de autores, no legos en Derecho, que así los consideran, esperando aportar más novedades al tema y con más interesantes hallazgos. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

La gran belleza

Título: La Gran belleza (La Grande Bellezza)
Año: 2013
Director: Paolo Sorrentino
En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, asiste a este desfile de personajes poderosos pero insustanciales, huecos y deprimentes. (Filmaffinity)
La Gran Belleza narra las andanzas de Jep Gambardella (Toni Servillo), autor de un único libro que se convirtió en best-seller en su momento. Actualmente su ocupación consiste en dar y asistir a las fiestas de la alta (y aburrida) sociedad romana que lejos de afrontar su situación y la palpable decadencia social, se reúnen como siempre para bailar como nunca. 
“Son bonitos los trenecitos que hacemos en las fiestas, ¿verdad?, Son los más bonitos del mundo porqué no van a ninguna parte.”
Como dice el propio Gambardella en una escena, "decidí convertirme en un mundano, pero no cualquiera, si no en el rey de la mundanidad". La palabra "mundano" no es gratuito: todo su mundo, el continuo festejo, el champán, las mujeres y la fiesta son cosas mundana, no celestiales, sin ningún valor moral, ético y cultural. El mundo que rodea al escritor es materialista, despreocupado por su entorno.
“- ¿Qué tenéis en contra de la nostalgia, eh? 

- Es la única distracción posible para quien no cree en el futuro. ”

 Por otro lado, la mundanidad describe los "quehaceres" de la alta sociedad, cuyos representantes, muchos de ellos están en decadencia: desde poetas que nunca hablan "porque siempre escuchan" y falsas activistas que se vanaglorian con su pasado marcado por compromiso social mientras empolvaban la nariz en los lavabos de la universidad hasta aristócratas que se alquilan a si mismos para asistir a uno u otro evento que requiere presencia noble (su noche ronda de 250 euros o más por persona). 
Lo curioso y lo interesante es que nadie, salvo Gambardella quiere asumir su condición. El escritor y periodista (trabaja en un periódico de moda) observa en una inquietante soledad como los miembros de su "club" comen, beben y siguen bebiendo mientras continúan consumiendo los placeres de la vida como si no hubiera mañana. Así, a los largo del filme, nuestro protagonista participa directa o indirectamente en una serie de acontecimientos que el realizador (Paolo Sorrentino) acompaña con espectaculares imágenes de Roma y una banda sonora clásica de altura. La luces y las sombras de la fotografía de la película nos trasladan a ese último encuentro del escritor con el amor de su vida, la bella dama de melena rubia que dice tener la profesión de "ser rica". Tras pasar una noche con ella, mientras ella se disculpa por no ser "buena en ello", él le contesta que "es mejor no se bueno en algo" por qué la imperfección es mejor que la perfección en un mundo lleno de personas que quieren ser perfectas.
Ella le habla de sus fotografías que realiza como hobby; él, le asegura que es muy interesante. Mientras la dama va en busca de su ordenador para enseñarle sus fotos (íntimas) Jep pronuncia su tajante reflexión sentenciando la situación: "lo que aprendí tras cumplir sesenta y cinco años es que no quiero perder mi tiempo en hacer cosas que no me gustan...". Así, abandona la lujosa casa romana de su amor y se dirige hacia su casa paseando por su ciudad y observando el amanecer. Por la mañana, un hombre de negro le espera en su portal: es el marido de ella, dice que acaba de morir su mujer...
Así, con el corazón abatido y vació de tanta mundanidad, nuestro héroe siente que le falta algo y a lo mejor quiere volver a escribir. Conoce a una stripper de cuarenta y dos años que aún sigue bailando en el local de su padre, asiste al funeral del hijo de una de sus amigas, le enseña a su nueva conocida los mejores museos de Roma, porque conoce al señor de "las llaves" que sirve a las "princesas" y les abre las puertas a la luz de velas hacia las mejores obras de arte...Todo ello sin faltar a las reuniones de la planta noble que siguen su rumbo sin destino.
La película nos acerca a la alta sociedad romana y sus costumbres. El maniqueísmo, la falsedad, la eterna búsqueda del placer por placer, la falta de valores, la promiscuidad, los falsos profetas, los artistas mediocres y la ausencia del sentido de realidad es la trama principal de esta obra. Pero mirando con poco más de atención podemos observar el por qué de sus acciones, el por qué de su aparentemente desenfadad vida. Según Gambardella es la vía de escape de aquellos que se resignaron con su condición de mediocres, que aunque muestren intentos de debatir y preocuparse sobre lo divino, ellos son demasiado humanos, demasiado mundanos, por eso se contentan con las charlas vacías y las burlas cotidianas para así olvidar su propia mediocridad, Para olvidar que ellos no aportan nada, tan solo son los presentes de los continuos bailes de los lujosos salones con sus rostros maquillados y sus vestidos brillantes.
Desde un punto de vista cinematográfico, la película es una continua galería de imágenes ambientadas con buena banda sonora que acentúan cada una de las escenas claves. Gambardella es interpretado por el maestro Toni Servillo (Il Divo, Viva la Libertà) que una vez más nos muestra sus dotes camaleónicas para encarnar a cualquier tipo de personaje. Le acompañan una serie de grandes secundarios que hacen posible la construcción de ese mundillo reservado para unos pocos privilegiados. Decir que el director sabe firmar la noche y también la ciudad. Las escenas son muy bellas y la atmósfera que se respira nos transportan a las entrañas de la Roma bella y legendaria con sus amaneceres dorados y sus noches estrellados.
Los críticos dicen que la cinta es un merecido homenaje a las grandes películas italianas de la Edad de Oro (Fellini, Antonioni, Pasolini, etc.). La película ha ganado Globo de Oro y Óscar a la mejor película en lengua no inglesa en el año 2013. El director 
Paolo Sorrentino es uno de más destacados realizadores italianos del momento. Entre sus películas (pocas) anteriores destacan "Il divo" (con Toni Servillo en papel del primer ministro italiano Andreotti) y "This must be the place" (con Sean Penn). Espero que disfruten de la película. A continuación, les dejo un fragmento de las reflexiones de Gambardella:

“Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondido debajo el bla, bla, bla, bla. Y todo sedimentado bajo los murmullos y el ruido. El silencio y el sentimiento, la emoción y el miedo. Los demacrados, caprichosos destellos de belleza. Y luego la desgraciada miseria y el hombre miserable. Todo sepultado bajo la cubierta de la vergüenza de estar en el mundo. Bla, bla, bla, bla. Más allá, está el más allá. Yo no me ocupo del más allá. Por tanto, que esta novela dé comienzo. En el fondo, es sólo un truco. Sí, es sólo un truco.”